miércoles, 23 de marzo de 2011

Un día como hoy, 23 de Marzo en el año 1976...


Judas Priest publica su segundo album Sad Wings of Destiny

Hay discos sobre los que es difícil hablar, y sin duda éste es uo de ellos. ¿Se puede decir algo que no se haya dicho sobre Sad Wings Of Destiny? ¿Se puede concentrar en una review toda la magia de este legendario disco? En ambas preguntas la respuesta es un claro “NO”, pero aun así siempre está bien volver a hablar de esta gran obra maestra.

Sad Wings Of Destiny es el segundo disco de estudio de Judas Priest, y me atrevo a decir que es el mejor. Pese a los cambios de estilo de la banda, al paso del tiempo y al ir y venir de diferentes músicos, este enorme álbum sigue siendo su mejor trabajo. Unos temazos impresionantes, un grupo inspiradísimo y una evolución impensable desde su primer trabajo, el extraño Rocka Rolla.

El lineup es el siguiente:

Rob Halford (Voz)
K.K. Downing (Guitarra)
Glenn Tipton (Guitarra)
Ian Hill (Bajo)
Alan Moore (Batería)

Antes de empezar con los temas, vamos a comentar un hecho curioso. En esta review vamos a seguir el orden original del disco, que posiblemente no coincida con el que tenemos en mente. Esto sucede porque cuando salió la primera versión en CD del álbum se cambiaron de lugar las caras A y B, con lo que el disco comenzaba con Victim Of Changes y acababa con Island Of Domination. Y desde entonces se usa este orden alterado, tanto en CD´s como en vinilos. Ya que hablamos de clásicos, vamos a ver el disco en su forma original, aunque todos estemos acostumbrados a escuchar lo primero el genial inicio de Victim Of Changes.

Y de esta manera el disco abre con un tema instrumental, Prelude. Tipton nos deja esta pequeña composición que sirve para ir metiéndonos en ambiente. Simple y sin demasiadas florituras aunque por detrás oímos unos cuantos solos, no deja de ser la entrada de lo que va a ser un soberbio disco.

Y ahora empezamos bien con Tyrant, ni más ni menos. Tenemos que recordar que estamos en 1976, y que aunque ahora el tema nos parezca suave, en aquellos momentos fue todo un trallazo. Y también vemos una marca general del disco: no hay alardes técnicos (Judas Priest todavía estaban dando sus primeros pasos), pero hay un sentido musical increíble que aprovecha al máximo riffs y cambios de ambiente. Tipton y Downing ya se perfilan aquí como la “Máquina de hacer Metal”, un dúo que se entiende a la perfección y es capaz de crear algunos de los riffs más conocidos que hay.

Genocide es un tema que es ante todo sólido. Monolítico, pesado, Heavy… en esa línea se sacan un tema que para el momento es toda una genialidad, de nuevo mezclando unos riffs de efectividad 100% y unos solos combinados que ponen los pelos de punta. Aún no he mencionado a Halford, pero tampoco hace falta. Simplemente con escuchar estos temas se dice todo, no hay más que añadir.

Epitaph tiene cierta polémica a sus espaldas. Lo primero que escuchamos es a Tipton al piano, introduciendo lo que va a ser una balada que nos recuerda en estilo a su anterior trabajo, Rocka Rolla. Desde luego que no es un tema Metal, y en efecto nos recuerda a Queen, lo que nos da una idea del estilo y del uso que hacen de las melodías, además aprovechando la privilegiada voz de Halford. Hay quien dice que es un tema de relleno porque en todos los discos hay que meter una balada de relleno, y a Epitaph le ha tocado este papel. En mi opinión esto es falso, ya que con una gran sencillez consigue transmitir mucho, y además tiene ciertos momentos brillantes que no se pueden despreciar.

Pero si alguien no está contento con este tema, el siguiente es su opuesto. Unidos el uno con el otro, tenemos a Epitaph y al temazo que ahora nos ocupa, la genial Island Of Domination. Vuelven a la carga los riffs pesados, los leads (en el tema anterior el único instrumento que teníamos era el piano) y un Halford excelente. Y si pensamos que lo mejor del tema es el genial estribillo, mejor esperemos a lo que nos viene a partir del minuto 2 y algo… Atención a ese riff, y no perdamos de vista que estamos en 1976, porque de aquí ha salido mucho del Metal actual. Un tema impresionante, pero que se queda pequeño (sin solución) ante lo que viene ahora…

Victim Of Changes es parte del Olimpo de la música, un tema que es capaz de superar hasta las críticas más duras con su tremenda calidad. Una composición brillante por parte de Tipton, Downing, Halford y Atkins (lo que nos confirma que es un tema muy viejo, incluso anterior al Rocka Rolla) y una interpretación de antología por parte de todo el equipo lanzan a este tema a lo más alto, donde pocos pueden competir. Solos, riffs, melodías, variaciones… todo en este tema tiene su lugar y todo forma un conjunto equilibradísimo. En la única cosa que creo que hay que defender este tema es que la versión original (impresionante) se ha visto algo oscurecida por la que aparece en el directo (directamente del estudio más bien) Unleashed In The East, que es la que muchas veces es más conocida porque ha aparecido en muchos recopilatorios. A veces un tema en directo puede superar al de estudio, pero éste no es el caso. Deep Purple conseguían hacer eso con uno de sus temas más emblemáticos, la tremenda Highway Star, que era superada por la (no tengo palabras) versión que sacaron en el legendario Made In Japan. Judas Priest no lo consiguen, pero eso es problema del Unleashed In The East y no del genial tema original que comentamos ahora.

Por si no hemos tenido suficiente con esta joya, ahora llega The Ripper. Inconfundible de principio a fin, es todo un muestrario del estilo de Judas Priest. De nuevo un tema en el que brillan a partes iguales la composición y la ejecución (nunca mejor dicho) de todo el grupo. Pese a ser un tema muy corto (no llega a 3 minutos) está lleno de detalles siniestros, de ritmos cambiantes y de un Halford que llega muy alto (aunque no a los impresionantes niveles de Victim Of Changes). Y además es un tema que actualmente sigue teniendo la msima potencia, e incluso ha sido fundamental en la vida de la banda. Aparte de ser una de sus banderas, sirvió para elegir al que fuera el muy digno sucesor de Halford, el genial (e injustamente maltratado) Tim “Ripper” Owens, que en una audición hizo una interpretación magistral de este también magistral tema.

Y si aún nos quedan ganas de temazos, nos encontramos con Dreamer Deceiver, la semi-balada del disco. Y es sólo “semi” porque al lado de Epitaph la segunda parte es un trallazo. La interpretación de Halford vuelve a ser de leyenda, con lo que escuchamos alrededor del minuto 3. Después de eso el tema es simplemente inmejorable. Cambiar cualquier cosa sería estropearlo, y siempre hay que tener en cuenta (repito) que estamos en 1976. El tremendo solo del tema es la confirmación de Tipton como un genio que no necesita tocar a un tempo de 320 para demostrar que sabe lo que es una guitarra.

Y aún no ha terminado el disco, porque después de la tremenda Dreamer Deceiver tenemos Deceiver. Vuelta al estilo más Heavy, vuelta a la parte central del disco donde veiamos cómo Epìtaph se convertía en Island Of Domination. Aquí sucede lo mismo con Dreamer Deceiver y Deceiver, y si algo se puede decir en contra de este tema es que no está a la altura de las 3 obras maestras que le han precedido y el disco acaba algo más flojo, aunque también es verdad que si cualquier otro grupo hubiera terminado un disco con un tema con la calidad de Deceiver se podrían dar por satisfechos, porque es un gran tema que está a la sombra de “cosillas” como Victim Of Changes.

Y así llegamos al final de esta genialidad. Seguramente uno de los mejores discos que hay, y para mí el mejor de Judas Priest aunque no represente totalmente a la banda porque no se parece en nada (por ejemplo) a Painkiller o a otros trabajos a partir de 1990. Un disco casi perfecto, en el que lo que marca la diferencia son las opiniones personales porque la calidad es indiscutible y altísima. Un clasicazo imprescindible, recomendado para todo el mundo, sea cual sea su estilo.

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