Queensryche publicó su segundo album de estudio titulado Rage for Order
1. Walk in the Shadows (Chris DeGarmo, Geoff Tate, Michael Wilton) – 3:34
2. I Dream in Infrared (Tate, Wilton) – 4:18
3. The Whisper (DeGarmo) – 3:36
4. Gonna Get Close to You (Lisa Dalbello) – 4:37
5. The Killing Words (DeGarmo, Tate) – 3:56
6. Surgical Strike (DeGarmo, Wilton) – 3:23
7. Neue Regel (DeGarmo, Tate) – 4:55
8. Chemical Youth (We're Rebellion) (Tate, Wilton) – 4:15
9. London (DeGarmo, Tate, Wilton) – 5:06
10. Screaming in Digital (DeGarmo, Tate, Wilton) – 3:37
11. I Will Remember (DeGarmo) – 4:25
El año 1986 tuvo algo diferente que hizo que muchos grupos de heavy
metal clásico cambiaran su forma de componer, se dulcificasen,
introduciendo teclados y melodías algo mas poperas. Recordemos el caso
de Iron Maiden con su “Somewhere in Time”, Judas Priest con “Turbo”,
Accept con su “Russian Roulette” o el “Madman” Ozzy con su “Ultimate
Sin”. Temáticas futuristas, cambios en las vestimentas, verdaderamente
algo cambió en los grupos de melenas, tachas y heavy metal de la antigua
usanza.
Hoy día, casi un cuarto de siglo después, esos discos siguen sonando
bien, porque aunque endulcemos una buena canción, sigue siendo eso, una
buena canción y a mí me siguen entusiasmando cortes como Caught Somewhere in Time, Wasted Years, Turbo Lover, Monster Man o Secret Loser
por poner algunos ejemplos de esos discos. La calidad compositiva
permanece intacta y las ganas de volver a pinchar esos temas, también.
Del Thrash de esos días no podemos hablar de ablandamientos,
recordemos “Master of Puppets” de Metallica o el colosal “Reign in
Blood” de Slayer, pocos teclados y moñería tenemos ahí. Se podría decir
que el Thrash se ha mantenido algo alejado de tendencias, salvo contadas
ocasiones y etapas en algunas bandas.
Queensrÿche, a diferencia del Thrash metal, no iba a ser una
excepción y pese a sus comienzos claramente Maidenizados (E.P y “The
Warning”) pegaron un giro de timón en la grabación de este “Rage for
Order” buscando temáticas y sonidos futuristas, melodías diferentes y
atmósferas innovadoras. Veremos si la jugada les salió redonda, según mi
criterio.
Para empezar, Geoff Tate es uno de los diez mejores cantantes de la
historia, punto primero. Esto es innegable, no solo la potencia vocal,
si no los registros de los que goza, así como el talento a la hora de
interpretar o dramatizar en líneas vocales, le hacen un vocalista
insuperable, un titán tras los micros, que además logra unos directos
fidedignos respecto a los originales de estudio.
Imitado por muchos, Tate cuenta un tono similar al de Midnight de
Crimson Glory, aunque no tan agudo y también cercano a Lizzy Borden, eso
por buscar algunos similares vocalistas del género. De su poderío vocal
bien se percató el gran Dio (d.e.p) para reclutarlo en su proyecto
We’re Stars y dejarlo que soltara alguna perla para la posteridad,
codeándose con monstruos consagrados como Rob Halford, Paul Shortino o
Kevin Dubrow (d.e.p).
A lo largo y ancho del disco, Tate despliega todos sus recursos y
variadas tonalidades, utilizando a menudo dobles o triples voces,
logrando un efecto sónico muy rico en matices y unos coros que elevan la
propuesta musical del grupo.
El otro punto fuerte de los Rÿche es el elevado nivel técnico de sus
componentes, Chris DeGarmo con sus riffs complejos y directos, unidos a
esos solos que juntan melodía con furia, muy completo, sin dejar a
Michael Wilton de lado en la otra guitarra, Eddie Jackson al bajo, Neil
Kernon a los teclados y Scott Rockenfield tras los parches. Mucha gente
los ha comparado siempre con otros grandes: Fates Warning y es que en
los inicios del heavy progresivo estos dos grupos iban de la mano
regalando discazos sin pudor.
Entrando de lleno en el contenido del disco, “Rage for Order” nos ofrece once temas, algunos de ellos directos y rockeros (Walk in the Shadows, Surgical Strike, Neue Regel (mi favorita del lote, palotismo puro y duro) o Chemical Youth (We’re Rebellion)
) con un mayor predominio de guitarras y potencia. Luego tenemos otro
lote de canciones mas futuristas, donde destacan los teclados, las
melodías rebuscadas e inspiradas y sobremanera el vozarrón de Geoff,
verdadero baluarte de la banda y de este disco.
No es un disco cañero, es un disco para disfrutar y para escuchar
muchas veces, no es una obra fácil y que entre a la primera, no es el
típico disco de metal. Hay que tener la mente abierta para poder gozar
en plenitud de todo lo que muestran aquí los Rÿche. Un disco de culto,
que sirve de pasaporte y de habituación hacia su obra maestra absoluta e
icono de nuestra música, el mítico “Operation: Mindcrime”. Es el paso
como crisálida del gusano para convertirse en mariposa.
Sin ser conceptual como el pepinazo de 1988, “Rage for Order”
mantiene bastante bien una línea musical progresiva, una propuesta
arriesgada pero ganadora. Sin duda lo mejor de los americanos lo tenemos
en esta trilogía iniciada con este disco de 1986, que pasa por
"Operation:Mindcrime" y que concluye con el sobresaliente “Empire” de
1990. Imposible no rendirse ante tanto talento y tanta clase junta.
Temas suaves y plagados de matices como The Whisper, The Killing Words o London
son para degustar con calma como un buen gin-tonic preparado con cariño
y esmero, cuidando los detalles. Esto no se puede beber como calimocho o
como una cazalla verbenera, hay que saborearlo sorbo a sorbo, con
calma, apreciando los recovecos que vamos descubriendo.
Nos encontramos en el disco con una versión de un tema de Lisa Dalbello, titulada Gonna Get Close To You
que con estructura “cuasi popera” muestra un Tate sensible, que nos
susurra al oído. Me gusta mucho la base guitarrera, que dibuja con
delicadeza un paisaje relajante, también me parece muy bueno el solo,
marca de la casa. Si bien es cierto que tal vez sea la canción menos
redonda del disco, se deja oir con agrado.
Curiosamente de las mejores canciones del disco es la magnífica balada acústica I Will Remember que podemos considerarla el germen de la posterior Silent Lucidity y que cierra esta joya. He leído por ahí que también se parece al tema de Crimson Glory Lost Reflection,
habrá que comprobarlo. Me quedo sin palabras para tanta brillantez
hecha balada, sublime creo que es la expresión mas adecuada.
Hablando de canciones precursoras, también es cierto que el tema Surgical Strike nos puede parecer el padre de la posterior The Needle Lies del Mindcrime y I Dream in Infrared podría influir con su melancolía en temas que vendrían en 1988 como Breaking the Silence, por ejemplo, juzguen ustedes mismos.
Comparativas aparte, solo me queda recomendaros sin reservas este
disco, el cual una vez le coges el tranquillo es imposible que no lo
devores asiduamente. Moderno, diferente, auténtico, arriesgado,elegante,
sofisticado, todo eso y mucho mas es “Rage for Order” de Queensrÿche.
A Tate le doy cinco cuernos, al disco cuatro altos, 8.5 Jalfords,
aunque amigos, no voy a discutir el que quiera darle los cinco, yo se
los dejo a su siguiente hijo, aunque ¡¡que coño!!, ese se merece seis o
siete, jaja…
Grandes Queensrÿche, Grande Rage for Order
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