Aerosmith publicó su album "Get a Grip"
TRACKLIST
- Intro
- Eat the Rich
- Get a Grip
- Fever
- Livin on the Edge
- Flesh
- Walk on Down
- Shut Up and Dance
- Cryin
- Gotta Love It
- Crazy
- Line Up
- Amazing
- Boogie Man
Mientras la oscuridad y melancolía sumía
la década de los 90 en el grunge, un auténtico tsunami que barrió toda
la escena angelina de hard rock festivo, Aerosmith eran capaces de
reinventarse, otra vez más, y legar al mundo un discazo que colearía
durante muchos años. Las drogas y los vicios de los 70 casi les sepultan
definitivamente, pero su renacer con Pump o Permanent Vacation en los
80 fueron alucinantes. Discos vendidos a millones, giras inacabables y
una cresta de la ola que se elevaría hasta lo más alto con Get A Grip.
Quizá
nunca se pueda afirmar que Get A Grip es el mejor disco de Aerosmith,
que no lo es, pero cerca está de serlo, así de claro. Tyler y Perry
entraron en los 90 rozando el cielo y acercándonos a él con su rock
festivo, dinámico y esos estribillos definitivos. Para la historia queda
la macarra portada del vacuno con piercing, luciendo el logo del grupo.
¿Una de las mejores de la historia? Puede, pero también cabe subrayar
la alucinante producción de Bruce Fairbairn, capaz de dotar al disco de
un sonido absolutamente propio, reconocible y que consigue hacer sonar
al grupo duro en los temas rockeros y dulce pero contundente en las
baladas, nunca ñoño.
Los números
hablan por sí solos: 20 millones de copias vendidas, cinco singles
editados, los primeros pasos hacia la consolidación de la hija de Tyler y
Alicia Silverstone gracias a los videoclips, dos Grammys y varios
números 1 en todo el mundo. Así como en Pump y Permanent Vacation había
muchas colaboraciones externas, esta vez la banda siguió apostando por
ello, por lo que nombres como los de Tommy Shaw (Styx), Lenny Kravitz,
Desmond Child o Don Henley aparecen en los créditos y en los surcos del
disco.
Es imposible resistirse ante la
andanada de himnos y singles absolutos. “Livin On the Edge” hizo que
toda una generación quedara hechizada por ese riff hipnótico y esa
melodía. Ese crescendo a mil voces con teclado y un Steven Tyler
rasgando su garganta a medida que avanzaba el tema calaron hondo. La
melodía era pegadiza y muchos vieron un intento claro de comercialidad,
pero nada comparado con las baladas que seguían a continuación. A pesar
de ello otro de los singles clarísimos era “Eat the Rich”, una maravilla
rockera endurecida por una producción y una masterización sensacionales
y que le volaban la cabeza a uno ya desde el inicio. De hecho hasta la
mítica introducción con el rapeado que nos descolocaba de buenas a
primera terminaba con uno de esos riffs básicos de la discografía de
Aerosmith. “Eat the Rich” es la mejor manera de abrir un disco con un
corte perfecto, de sabor clásico pero con una potencia absolutamente de
los 90.
Las baladas ya son harina de
otro costal. Se hace incluso difícil de separarlas pues vinieron
seguidas e hicieron de Aerosmith una banda para todos los públicos.
“Cryin”, “Crazy” y la más suave y sentida “Amazing” son senzillamente
perfectas en lo comercial y abrieron los ojos a mucha gente, aunque
claro... al fan más clásico le sentaron como tres patadas en el
estómago. Para redondear la obra metieron unos videoclips que ya son de
absoluto culto. ¿Quién podía no enamorarse de Alicia Silverstone si
sumabas a las imágenes tres de las baladas definitivas de la pasada
década? Absolutamente geniales, eso sí, a años luz de lo que significa
“Dream On”.
La homónima “Get A Grip”
es puro Aerosmith y su ritmo cadencioso invita a moverte imitando a
Tyler. Grabada con la ayuda de Jim Vallance (hay varias otras en las que
participa) y rozando otra vez la perfección tanto rockera como
comercial. Le va a la zaga “Line Up”, puro Aerosmith con Lenny Kravitz
de invitado y consiguiendo que riff y estribillo vuelvan a regalarnos
otro de los temas definitivos del CD.
El
resto del compacto evidentemente no está al nivel estratosférico y
masivo comentado hasta este punto pero hay muchos grandes momentos.
“Flesh” es absolutamente clásica y mantiene un enorme estribillo y un
excepcional riff. “Fever” mantiene el tipo, con una letra cachonda pero
lejos queda de el estribillo pegadizo y el desarrollo que se marca “Shut
Up and Dance”, que se abre a toque de pito y con unos coros
envolventes.
“Gotta Love It” es quizá
lo más flojo en un disco en el que la palabra relleno está proscrita. Y
cabe mencionar esa outro que queda como coda final, un epílogo
instrumental que nos relaja y nos sumerge en un sueño tras el ataque
eléctrico al que hemos sido sometidos. “Boogie Man” es una pieza mágica,
aunque parezca invisible.
La banda
suena que atruena y Perry y Whitford consuiguen que sus guitarras
lleguen a competir con el reinado absoluto de don Tyler, y es que la
labor a las voces del divo es absolutamente de 10.
Get
A Grip es uno de esos grandes recuerdos que le asaltan a uno a la
cabeza cuando piensa en los primeros coletazos que daba la década del
grunge. Fiesta continua ante esos eslogans de “la vida es un asco”, “el
suicidio mola”... (será que la movida Emo tiene algo de original) y a la
vez un puñetazo sobre la mesa ante los emergentes Guns N Roses que
pronto verían tambalear su reinado absoluto. Hasta Axl les rindió
tributo cantando a dúo el “Mama Kin” que ya habían versionado en el
Lies.
Desgraciadamente para Aerosmith
la enorme ola que supuso este disco fue bajando lentamente, varios años
de hecho, e intentaron estirar el éxito con Big Ones, otro recopilatorio
más que poco aportaba, sólo la predecible “Blind Man”, que parecía otro
remake más de la trilogía baladera que les elevó hasta lo más alto.
Estiraron tanto la cuerda que se rompió. Sus intentos de repetir esa
maravilla discográfica han sido auténticos despropósitos, especialmente
cuando te decides apuntar hacia el gran sector de público olvidando a
los más fieles fans. Lo más hilarante fue el intento de recuperar a la
vieja guardia con ese disco de blues Honking On Bobo, un monumental
fracaso del que llegué a pagar 3 € por él. La multitud de copias se
amontonaba en las tiendas y había que darle salida.
Aerosmith
son de esas pocas bandas que han sentado cátedra en los 70, en los 80 y
en los 90. Desgraciadamente su caída ha sido rotunda desde entonces y
ya nadie espera que los Toxic Twins lleguen a ofrecernos un producto a
la altura de Get A Grip. Sin duda su última obra maestra y uno de los
discos más importantes de los 90, que no es poco.
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